La vida privada de una bruja, entrevista a Dayonis

Entrevista a la Alta Sacerdotisa Gardneriana, Dayonis, realizada el 3 de Noviembre de 1958 por Robert Muller para el periódico "DAILY MAIL". Traducción al español por Madelaine Benítez (La Madduk).

La vida privada de una bruja

Es el domingo después de Halloween. Dayonis, como ella se llama a sí misma, es una chica atractiva, oscura, delgada, bien hablada y secretaria de 27 años. Ella no monta un palo de escoba, ni hace cacareadas. A pesar de esto, Dayonis es una bruja y una Alta Sacerdotisa de su cóven, para empezar. Esto es, entonces, lo que significa ser una bruja en 1958:

«Yo soy una bruja», dice Dayonis. «…una iniciada en la Brujería. Yo adoro a un Dios y una Diosa que los principios masculino y femenino de la vida.

«Me convertí en una bruja cuando tenía 17 años. Antes yo había sido una niña loca y confusa. Si yo no me hubiera convertido en una bruja, ¿quién sabe lo que hubiera sido de mí?

«Todo comenzó cuando saqué un libro sobre la brujería de la biblioteca pública. Yo lo investigué para obtener información.

«Entré en la brujería por pura perseverancia. Fue un momento feliz cuando me convertí en iniciada. El culto a la Vida lleva a uno a un sentido de equilibrio, un sentido de continuidad con el pasado.

«La Brujería es una religión. Creo en la reencarnación y espero que cuando me muera pueda renacer como una bruja. Será esto como un regreso a casa.

«Tengo que mantener nuestras actividades en secreto porque los brujos son perseguidos. Si mis conocidos supieran que yo soy una bruja no se me acercarían. Perdería mi trabajo. Mi empleador podría pensar que le he puesto en ridículo. Tengo uno de los mejores puestos de trabajo de mi localidad y no quiero perderlo.

«Yo no lanzo hechizos en el sentido de estilo antiguo, yo no digo ‘Eenie Minie-Mo’. Pero sí generar el poder de la Fuerza Vital, y puedo canalizarlo a un propósito específico. Yo puedo sanar a enfermos y puedo influir en la gente. Hasta cierto punto puedo hacer que los deseos se hagan realidad. Si quiero algo con el suficiente desespero sé que puedo hacer que suceda. No podemos producir paz en la tierra, no podemos trabajar en una escala nacional, porque no hay suficientes de nosotros. Si hubieran, entonces lo podríamos hacer.

‘UNA FE’

«Por supuesto, la Brujería no es científica. ¿Es el Cristianismo científico? Es una fe, transmitida desde la Edad de Piedra.»

La bruja se sonroja un poco.

«Cuando me case no será en una iglesia, por supuesto, pero será oficina de registro. De una unión entre dos personas todo lo que pido es que sea creativa.

«Todas estas cuestiones de nuestras orgías sexuales son una tontería. Es una ilusión por parte de personas que no son brujas. Si queremos hacer el amor, lo hacemos sin importar si somos brujas o no. Es cierto que trabajamos en el desnudo. Nos reunimos una vez al mes, y como Alta Sacerdotisa trazo un círculo y lo consagro.

Es entonces que traigo al círculo a las otras brujas. Adoramos a nuestro Dios y Diosa. Trabajamos. No lo llamamos magia, esa palabra es obsoleta.

«Las escobas ya no son pertinentes. No utilizamos ningún cráneo ni huesos, no hay sombreros y no te nos gustan los cementerios. Es, en todo caso saludable, decididamente saludable, el ser una bruja. Hacia el final de la ceremonia tenemos un banquete simbólico. Queques y vino, pero no hay trans-substanciación. Sólo una alegre y buena comida.

«El ambiente es uno de amabilidad. Utilizamos incienso. Hay una especie de orden del día. Preguntamos si alguien tiene algo que quiera que se haga. Hablamos sobre ello y decidimos la mejor manera de hacerlo. Luego lo hacemos.

‘DESAFORTUNADO’

«Nosotras las brujas no queremos hacer daño a nadie. La bruja de cuento de hadas, como en Hansel y Gretel, es una publicidad lamentable para nosotros. Nos gusta cambiar esa idea de la mente popular. Nosotras las brujas no somos personas raras. La gente sólo creen esto debido a que la Iglesia les ha enseñado a pensar así.

«Nuestra religión es una de fertilidad, y la Iglesia siempre ha estado en contra de sexo. Creemos que el sexo no es nada de qué avergonzarse, ni algo que deba ser exagerado.

«No podemos ayudar a la gente a encontrar relojes perdidos. Tampoco podemos ganar las apuestas del futbol. Lo intentamos una vez, por diversión pero no funcionó. Pero a menudo hemos ayudado en donde la medicina ha fallado.

«Yo soy una persona perfectamente normal y saludable. No tengo historia de demencia en la familia. La única prueba que tengo que soy una bruja es la de que otras brujas me reconocen.

«Cuando tenga hijos voy a criarlos como brujas. Pero sólo cuando tengan la edad suficiente para saber lo que está pasando. Los niños son habladores, y una cosa importante sobre la Brujería es que sus secretos nunca, pero nunca han sido revelados; ni siquiera bajo tortura.

«Cualquier persona puede convertirse en una bruja, pero nos damos cuenta muy rápidamente cuándo las personas son serias o no. Alguien que cree que puede entrar en ella solo por un rato, es una tontería y no queremos eso. No podemos hacer nada con gente que no tiene mérito.

«No tenemos absolutamente nada que ver con el diablo. Él es un símbolo cristiano para el mal. Es cierto, yo adoro a un Dios con cuernos, pero él no es el satanás conocido por los cristianos. Y nosotros no practicamos Misas Negras.

«La mía es una hermosa religión. Yo tengo la costumbre de hablar con Dios y Diosa en la cama. Ninguna otra religión me ha podido satisfacer. Esta significa Pertenencia. Ser una bruja me ha ayudado muchísimo, me ha hecho crecer, y yo no cambiaría mi vida por nada en el mundo.

«Estoy contenta de ser una bruja hasta el final de mis días.»

Como una profesional de negocios, confiada Dayonis me estrecha la mano firmemente. Y la reunión concluye.

 

Entrevista a la Alta Sacerdotisa Gardneriana, Dayonis, realizada el 3 de Noviembre de 1958 por Robert Muller para el periódico "DAILY MAIL". Traducción al español por Madelaine Benítez (La Madduk).
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