Wicca: una introducción por John Macintyre

Wicca: Una introducción
Por John Macintyre

Wicca es una tradición Pagana de Brujería; Una aproximación hacia la religión que combina tanto la Alta Magia como el arte de crear hechizos, dentro de un marco religioso que tiene un fuerte énfasis en la adoración de la Diosa. Aunque al menos por nombre ésta sea probablemente la tradición más conocida, grande e influyente de las presentes en Paganismo moderno Wicca es, no obstante, una palabra que puede significar cosas muy diferentes para distintas personas.

En sentido estricto, se refiere a las tradiciones iniciáticas Gardneriana y Alejandrina – cuerpos colectivos de experiencia y enseñanza que son manejados y entregados dentro de covens estrechamente unidos, sujetos a voto de secreto y adscritos a un linaje. En forma más general, se usa a menudo para describir una categoría mucho más amplia de Brujos Paganos que trabajan tanto en grupo como solitarios, los cuales son influenciados al menos en parte por estas tradiciones.

En los últimos años, y particularmente en los Estados Unidos, el nombre se ha llegado a aplicar a cualquier cosa remotamente Pagana. Este artículo se focalizará principalmente en el primero de estos significados, y le debe más a la experiencia personal, la observación y discusión llevada a cabo dentro del Arte que a fuentes escritas. No intentará describir Wicca en términos de cómo se realiza el trabajo mágico, cómo se honra al Dios y la Diosa dentro del Arte, o qué se viste o no durante el ritual.

Es suficiente, incluso algunos dirán que más que suficiente, lo que se ha publicado ya sobre este tema hasta el punto de chocar incómodamente con juramentos iniciáticos. Esta introducción, en cambio, intentará dar algún tipo de explicación desde una explicación personal y necesariamente limitada, sobre qué es Wicca y por qué algunos Paganos la practican.

A pesar de la gran cantidad de material que se ha escrito a través de los años en libros, revistas y, más recientemente, en sitios de internet, Wicca continúa siendo una tradición pobremente comprendida incluso dentro de la comunidad Pagana. Lo que está escrito aquí sin duda contribuirá, aún más, a semejante confusión. Esto no se debe únicamente a los diferentes niveles de calidad de información que ha sido colocada en el dominio público, sino que también puede ser reflejo de la propia naturaleza de esta tradición.

Quizás lo más importante a aprender sobre Wicca es que se trata de una tradición viviente, mucho más compleja y diversa que lo que podría ser explicado adecuadamente en cualquier fuente publicada. Nadie puede, en realidad, sino dar una impresión personal de acuerdo su experiencia y propia comprensión.

Wicca se abrió por primera vez al conocimiento público en 1954, con la publicación del libro «Witchcraft Today» de Gerald Brosseau Gardner. En él se proclamaba, y se pretendía describir, la supervivencia dentro de las Islas Británicas de un antigua religión pre-cristiana cuyas raíces yacían en la Era de Piedra y soportó las persecuciones de brujas del período moderno-temprano, y continuó practicándose en los rincones alejados de la Inglaterra de su época.

El poco entusiasmo que recibió fue comprensible, ya que las prácticas religiosas que implican la adoración de Diosas y Diosas Paganos, mujeres poderosas en el papel de Sacerdotisas, magia(k), reverencia por la Naturaleza, desnudez ritual, una ética predominantemente humanista y un enfoque de celebración de la vida en general, contrastaban sin duda con las convenciones establecidas de la época. Pero mientras los periódicos se llenaban y los voyeristas estaban encantados de encontrar algo nuevo por lo que horrorizarse, un número cada vez mayor de personas descubrió que Wicca agitaba acordes espirituales muy profundos.

 «Dio un particular valor y énfasis precisamente a aquellos fenómenos que las sociedades occidentales han temido o subordinado largamente, honrando la noche por sobre el día, la luna por sobre el sol, lo femenino sobre lo masculino, y la naturaleza salvaje por sobre la civilización, presentándose a sí misma como una forma de paganismo que no hacía compromisos con la Cristiandad, y que alzaba la figura de(l) bruja(o) con admiración y emulación».

Hutton, Witches, Druids & King Arthur (2003) 194 – 5.

              Muchas de las reclamaciones históricas con respecto a la Wicca, fuertemente influenciadas por las teorías sostenidas por Margaret Murray en «The Witch Cult in Western Europe» (1921) no resisten el escrutinio erudito más benigno. Los orígenes precisos del Arte siguen siendo obscuros. La existencia de cualquier coven Pagano de Brujería en Inglaterra previo a los 1940’s no ha podido ser confirmada, aunque las investigaciones recientes de Philip Heselton construyen un escenario altamente persuasivo pero inevitablemente dudoso.

En respuesta, muchos Wiccans hoy en día están de acuerdo en que el Arte no ha sido transmitido a través de linajes ininterrumpidos a través de los siglos, sino que más bien es una tradición relativamente moderna, sincrética, construida sobre elementos fragmentarios y dispersos, la Francmasonería y Magia Ceremonial, que ha tomado inspiración de la magnífica herencia literaria e iconográfica del Paganismo antiguo, ha sido influenciada por el anticlericismo radical de Michelet y Leland entre otros y, que sobre todo, da forma a una corriente espiritual profundamente arraigada, y largamente suprimida dentro de la sociedad Occidental convencional. Una que definitivamente rechaza los conceptos de la Caída y del Pecado Original. Una que busca una relación directa, auténtica y a menudo extática con la divinidad como seres humanos plenos. Una que experimenta la divinidad como Diosa tanto como Dios, como Diosas y Dioses, inmanentes dentro de cada pieza y proceso de esta tierra viva.

              Menospreciar a Gardner se ha convertido en una moda de algunos sectores de la comunidad Pagana moderna, una reacción tanto injusta como desagradecida debido a su enorme y duradera contribución al renacimiento del Paganismo moderno. La validez de Wicca no yace en las fantasías pseudo-históricas de algunos de sus adherentes, sino en la efectividad con la cual revivió el Paganismo y el culto a la Diosa dentro de nuestra cultura Occidental moderna, y el importante rol que juega en su mantención actual.

Pocos Wiccans ven a Gardner como un gurú, profeta o líder espiritual de algún tipo, pero guardan su recuerdo con cariñoso respeto. Pues, a pesar de todas sus debilidades y falencias, será recordado y honrado durante considerablemente más tiempo que sus detractores.

 «En términos religiosos, se puede decir que fue contactado por una fuerza divina que había estado manifestándose con creciente fuerza durante los pasados doscientos años, y que trabajó a través de él con un efecto asombroso. Una forma secular de decir lo mismo, es que las fuerzas culturales que se habían estado desarrollando por un par de siglos, se combinaron en sus emociones e ideas para producir una respuesta extrema y poderosa a las necesidades que representaban».

Hutton. The Triumph of the moon (1999), 239 – 4.

              Posterior a su aparición, Wicca fue sometida a un extenso desarrollo a través del inspirado trabajo de Doreen Valiente y Alex Sanders cuya significancia no puede ser exagerada. El proceso de evolución y desarrollo jamás se ha detenido, ni deberíamos desear o esperar que se detenga. Una de las notables características de Wicca identificadas por Hutton es que «es ecléctica y proteica; toma ideas de muchas fuentes y las aplica en muchas formas que cambian constantemente». (‘Triumph of the moon’ (1999), 398).

              Al estudiar Wicca, es importante considerar no sólo los escritos modernos que hacen referencia específica al Arte, sino también las fuentes primarias existentes de religiones indígenas, pre-cristianas. La mitología, folklore, literatura e iconografía sobrevivientes de la Europa Pagana fuertemente influenció Wicca desde el comienzo, y continúa haciéndolo. En particular, el desarrollo de Wicca ha sido extensamente moldeado por conceptos derivados de los cultos Mistéricos de la antigüedad Greco-Romana, y no es poco razonable considerar al Arte iniciático como una forma moderna de estos.

En muchas maneras se aprenderá tanto de lo que Wicca es a través del estudio de las Bacanales, la Metamorfosis de Apuleyo, el Tain bo Cuailnge, el Voluspa, u otro material similar, como estudiando la literatura Wiccan moderna, incluso considerando lo valioso que son algunos textos.

Las fuentes supervivientes de la antigua religión, junto con las interpretaciones académicas de ellas, aunque a menudo subestimadas son de considerable importancia para acompañar el recorrido del camino Wiccan. No porque te digan qué hacer, las formas de religión son necesariamente una expresión de las culturas en las cuales se desarrollan y, si bien buena parte de la antigua religión es profundamente inspiradora, no puede ser recreada sin cambios a lo largo de un abismo de muchos siglos de transformación cultural; sino porque te ayudará a comprender intuitivamente algo de la forma en que las culturas Paganas tempranas comprendían las relaciones entre los seres humanos y lo divino, y esto a su vez te informará sobre tu propia comprensión de la(s) Diosa(s) y el(los) Dios(es) a medida que son encontrados dentro de los Misterios.

              Además de su fuerte énfasis en el culto a la Diosa, la teología Wiccan es fluida y diversa, estando enraizada en una relación primariamente experiencial con lo divino. Hay Wiccans que sostienen todo tipo de creencias politeístas concebibles, desde el «duoteísmo» hasta el «politeísmo extremo». Hay Wiccans, particularmente aquellos influenciados por la tradición Diánica, que abrazan formas no-exclusivas de monoteísmo a la Diosa. Algunos Wiccans ven a las deidades como arquetipos Jungianos dentro del inconsciente colectivo, otros los experimentan como realidades tanto internas como externas independientes de la humanidad. Algunos creen que «Todos los Dioses son un Dios y todas las Diosas son una Diosa», siguiendo el famoso planteamiento de Dion Fortune, algunos a su vez viendo la Diosa y el Dios como facetas polares de un único e incognoscible poder divino. Otros creen que los muchos Dioses y Diosas Paganos son entidades diferentes entre sí, y desarrollan formas específicas de sacerdocio en relación a uno o más de ellos. Algunos ven a las deidades como símbolos antropomórficos de fuerzas naturales impersonales, algunos las ven como seres individuales imbuidos de su propia personalidad. Y muchos ven poco sentido a especular en materias teológicas que están en último término más allá de la comprensión humana, ya que los Dioses, lo Divino, llámalo Eso o Ellos o como quieras, no pueden ser atrapados dentro de los patrones de pensamiento mortal, más que el agua puede ser atrapada en una red de pesca.

              «Porque el hombre no es capaz con su mente humana de buscar los consejos de los Dioses, sino que ha nacido de madre mortal».

Píndaro. Ditirambos. 61. 3-4.

El énfasis predominante en Wicca desde el punto de vista religioso yace en el explorar formas de conexión mística con la divinidad, más que en desarrollar una teología sistemática. Un cóven, en su práctica individual, pueden adorar arquetipos sincréticos universales de la Deidad, la Diosa y el Dios, honrar deidades provenientes de numerosos panteones distintos, o trabajar, casi exclusivamente, con un panteón único de deidades – Celtas, Griegas, Nórdicas, Egipcias, Romanas o aquellas de otras culturas históricas. Muchos también trabajan extensamente con espíritus locales de la naturaleza, hadas, poderes elementales y ancestros. Como en muchos aspectos de Wicca, mientras más aprende uno más se cansa de las generalizaciones.

Como todas las tradiciones Paganas modernas, el núcleo de Wicca es la experiencia personal de lo sagrado más que las interpretaciones de la palabra escrita. Si bien es algo que puede, al menos en parte, ser expresado en lenguaje, no es algo que pueda ser realmente aprendido o comprendido a través del lenguaje.

Wicca no es una tradición religiosa que diga a sus practicantes en qué creer o les provea con un modelo autoritario de cosmología sagrada. Más bien, se trata de una apertura de caminos, un descubrimiento de caminos ocultos, hacia los antiguos Dioses y Diosas Paganas, a través de los cuales el buscador dedicado puede llegar a comprender tales temas por sí mismo.

              Wicca, en el sentido estricto en que es considerada aquí, es una tradición iniciática Mistérica. Una a la cual la persona que la ha buscado, que es adecuada para, y que se ha preparado adecuadamente para ella, entra a través de una ceremonia de iniciación. Aunque esto involucra pruebas, formas rituales tradicionales y el tomar votos de secreto, cuando se entra adecuadamente a ella es todo excepto una mera fórmula. La iniciación no dice relación con el hablar las palabras correctas, y realizar las acciones adecuadas, aunque esto es parte de ella. Es sobre entrar, integrar y, por completo, asumir y comprometerse con un tipo particular de experiencia espiritual sobre la cual las palabras y el drama ritual sólo pueden dar atisbos. El proceso es análogo al descrito en algunos de los cultos Mistéricos Greco-Romanos, el cual el clasicista Walter Burkert identificó como la participación en «rituales de características voluntarias, personales y secretas, que poseían como objetivo un cambio en la mente a través de la experiencia de lo sagrado». (‘Ancient Mystery Cults’ (1987), 11).

              La unidad básica en el Arte es el coven, un grupo muy pequeño y estrecho de iniciados que adoran y realizan el trabajo mágico en conjunto. Las descripciones de la estructura de un coven y su organización que se encuentran habitualmente en libros sobre Wicca tienden a presentar una versión más bien idealizada y «ordenada» de lo que usualmente se encuentra en la práctica. Algunos covens son rígidamente jerárquicos, con su Alta Sacerdotisa, o Altas Sacerdotisas y Altos Sacerdotes, ejerciendo autoridad incontestable. Algunos operan a través de consensos guiados bajo su influencia. Otros poseen algo similar a constituciones formales, bajo las cuales responsabilidades específicas y oficios rituales son distribuidos entre los miembros experimentados, y algunos funcionan sin jerarquía de tipo alguno, en una base informal, de «círculo de iguales». Obviamente, diferentes formas de organización cumplen con las necesidades de distintas personas, o de las mismas personas en diferentes etapas de sus vidas. Todas las estructuras de coven arriba señaladas pueden funcionar muy bien o muy mal dependiendo de las circunstancias y las dinámicas sociales involucradas. La longevidad de cada coven varía enormemente de acuerdo a las características y actitudes de sus miembros, y muchos coven tienden a tener bastante menos que los tradicional trece. ¡Muchos Wiccans concederían sarcásticamente que hay más de un poco de verdad en la observación humorística de Terry Pratchett de que el tamaño natural de un coven es uno!

              Sobre el nivel del coven Wicca está organizada – si es que no lo consideramos un término demasiado fuerte – en torno a líneas extremadamente descentralizadas. El Arte iniciático como totalidad se mantiene cohesionado por una compleja red de relaciones que conectan a los coven, linajes e individuos a través de un impresionante despliegue de redes locales nacionales e internacionales, fraternidad y grupos extendidos de intereses comunes, amistades, feudos, aventuras amorosas, reuniones, proyectos y otras conexiones – en forma no sistemática pero extensamente superpuestas – , formando una forma de agrupamiento tribal amplio que, a pesar de su diversidad inherente, retiene aún un fuerte sentido de identidad colectiva. No hay autoridades significativas a nivel central, ni siquiera local, pues cada coven individual o familia de covens es autónoma. Sin embargo, la mera extensión y densidad de la red de relaciones personales y grupales hace posible tanto que la información circule con sorprendente rapidez y que se pueda ejercer un grado adecuado de autovigilancia.

              Aunque algunos individuos puedan reclamar respeto e influencia extensas dentro del Arte en base a su experiencia, logros, habilidad, carisma y reputación a través del conocimiento, integridad y sabiduría, tal reconocimiento siempre es personal y no puede ser institucionalizado. Dado que los abusos de poder pueden ocurrir – y  a veces lo hacen – dentro de los covens, es difícil imaginar que problemas del tipo que han amenazado a las instituciones de otras religiones pudieran alcanzar la magnitud que en ellas ha llegado a tener. La estructura del coven es adecuada para una tradición religiosa con un alto porcentaje de individuos no convencionales, de voluntad fuerte, radicales, capaces de cuestionar y de mente independiente – algunos dirían incluso de mente sanguinaria-. Si bien los títulos de Alta Sacerdotisa y Alto Sacerdote son bastante comunes dentro del Arte, la autoridad implícita siempre es muy limitada y localizada. En Wicca, el sacerdocio es esencialmente un problema de la relación entre los iniciados y los Dioses, y la distinción entre clericado y congregación que se encuentra en formas religiosas más tradicionales está casi completamente ausente.

              Wicca se nutre de la comprensión de los seres humanos como parte esencial de la naturaleza, estando nuestro ser íntima e inextricablemente entretejido con la red de la vida. La práctica ritual se centra tanto en la, ya familiar, Rueda del Año – los festivales Paganos Celtas de Samhain, Imbolc, Beltane y Lughnasadh, los solsticios y los equinoccios – como en las fases de la luna. Muchos Wiccans creen en la reencarnación, ya sea personal, general o meramente metafórica, pero el énfasis se pone principalmente en vivir adecuadamente la vida en este mundo, y no en ansiedades con respecto a una posible vida después de la muerte.

              La guía ética del Arte, la Rede Wiccan – «Si no daña a nadie, haz lo que quieras» – es ampliamente conocida. Es interpretada en ocasiones, particularmente por los no-Wiccans, como si requiriera pacifismo absoluto, o incluso no-existencia, basándose en el hecho de que es imposible vivir sin causar daño, pero, como ocurre a menudo con las reducciones al absurdo, esta mirada pierde el punto de vista central. La Rede no existe en aislamiento. Necesita ser comprendida dentro de una cosmovisión Wiccan moldeada por las que a veces son llamadas las ocho virtudes Wiccan de alegría y reverencia, honor y humildad, fortaleza y belleza, poder y compasión. Una cosmovisión en la cual todo está conectado entre sí, y todo afecta a lo demás. Donde se da por hecho que el individuo no es un agente moral aislado, sino una parte íntima de una red de causa y efecto en la cual cualquier cosa que hagan o dejen de hacer inevitablemente tendrá consecuencias, y la responsabilidad ética primaria es considerar tales consecuencias probables, para actuar, o dejar de hacerlo, en tal forma que permita evitar, prevenir o minimizar el daño, y tomar responsabilidad por el efecto que uno tiene en la creación del resultado final de la situación en la cual se encuentra.

              La Rede no es una ley ni un mandamiento (rede es una palabra del Inglés antiguo que significa «consejo») sino la expresión de una actitud humanista, situacional y ética que nos incita a buscar resultados pacíficos y armoniosos, pero no excluye la defensa, ya sea individual o colectiva, ni la necesidad de la justicia. Las elecciones éticas más difíciles rara vez tienen que ver con si el daño ocurrirá, ¡sino más bien con dónde caerá! La responsabilidad de vivir bajo la Rede yace últimamente entre el Brujo/a individual, su consciencia y sus deidades. En la práctica, encontramos Wiccans que dedican sus vidas al Movimiento Pacifista, Wiccans que son miembros en servicio de las fuerzas armadas, Wiccans que son veganos, y Wiccans que cazan, entre muchos otros. La Rede Wiccan puede sostener un amplio rango de aproximaciones honorables a la responsabilidad ética.

              Wicca, como otras formas de Brujería Pagana, obviamente involucra magia, y cuando la gente mira Wicca, en ocasiones lo primero o incluso lo único que logran ver es la magia. Es innegable que un puñado de Wiccans siguen un camino que está centrado primariamente en la realización de hechizos, pero la hechicería es sólo una parte, y quizás una más bien superficial, de lo que la magia es y puede ser dentro de Wicca. La magia es también un proceso de transformación de la conciencia que nos pueden transportar a través de los mundos, hacia el reino de los Dioses, en la presencia, conciencia e incluso manifestación temporal de la divinidad. En este sentido, la magia va mucho más allá de la influencia sutil sobre la realidad, revelándose a sí misma como un aspecto de la energía bruta de creación, conexión, interacción, transformación, realización, destrucción y renovación que subyace a la realidad. Como Apuleyo de Madaura escribiera en su Apologia cerca de 19 siglos atrás, la magia es:

              «un arte aceptable para los Dioses inmortales, un arte que incluye el conocimiento de cómo adorarlos y rendirles culto. Es una tradición religiosa que trata con las cosas divinas».

              Caminar – incluso bailar – con los Dioses, extenderse desde el corazón más allá de los límites del yo y encontrar una conexión profunda con lo sagrado que alcanza hasta el fondo de tu propia alma. Las palabras fluyen fácilmente pero no pueden transmitir la realidad de este Misterio. Quizás es mejor dejarlo así.

              Si deseas saber algo sobre qué es Wicca en realidad – no los detalles de técnicas rituales, sino el Misterio viviente que inspira y sostiene el Arte iniciático – entonces sal una noche bajo la luna llena y la belleza del cielo nocturno. Escucha el sonido del agua fluyendo, siente el viento en tu piel a medida que mece las ramas de los árboles, comprendiendo que todo lo que eres es parte de este mundo viviente, y abre tu corazón a las Diosas y los Dioses.

Sugerencias para continuar la lectura.

Margot Adler: «Drawing down the moon» (1979).

Vivianne Crowley: «Wicca: The Old Religion in the New Age» (1989).

Janet & Stewart Farrar: «Eight Sabbats for Witches» (1981).

Janet & Stewart Farrar: «The Witches Way» (1984).

Gerald Gardner: «Witchcraft Today» (1954).

Gerald Gardner: «The Meaning of Witchcraft» (1959)

Philip Heselton: «Wiccan Roots» (2000).

Philip Heselton: «Gerald Gardner and the Cauldron of Inspiration» (2003).

Prof. Ronald Hutton: «Witches, Druids and King Arthur» (2003).

Prof. Ronald Hutton: «The Triumph of the Moon» (1999).

Starhawk: «The Spiral Dance» (1979).

Doreen Valiente: «Witchcraft for Tomorrow» (1978).

Doreen Valiente: «The Rebirth of Witchcraft» (1989).


© John Macintyre 2005, derechos reservados.

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