Soy una Bruja por Eleanor Bone

Artículo y traducción cortesía de Silver Circle, Lee el articulo completo aquí.

 The Saint Magazine, Mayo 1967
Páginas 75-92

Esto no significa que lleve un sombrero de punto y vuele en una escoba con un gato negro en el sillín, ni tampoco realizo milagros agitando la mano o moviendo la mi nariz, como hacen los personajes de un programa de televisión.

Sé que esta es la imagen popular de las brujas; y que son asociadas con el mal en la mente de muchas personas.

Ésta ha sido la imagen creada para nosotros cuando éramos niños, cuando escuchábamos esos cuentos antes de irnos a dormir; cuentos que giraban en torno al hada buena que siempre conseguía sacar lo mejor de la bruja mala. Hemos leído sobre las tres Brujas en «Macbeth» y sus malévolos prodigios: feas y viejas brujas entonando extraños encantamientos mientras remueven el infesto brebaje de sus calderos. Más tarde aprendimos sobre las brujas de la Edad Media que fueron quemadas en la hoguera por su malicia y herejía.

Tan sólo hace unos años, la mayoría de la gente no creía que las brujas existiesen aún en el siglo veinte. De hecho, mucha gente no creía que hubiesen existido nunca más allá de los libros de cuentos.

Cuando la última Ley contra la Brujería fue derogada en Gran Bretaña en 1951, el completo secretismo que hasta entonces había sido esencial se volvió menos importante, y no paso mucho tiempo hasta que el público general llegara a saber de la existencia de covens de brujas entre ellos. Al principio la gente estaba horrorizada. Así como los cristianos fueron arrojados a los leones en la antigüedad, arrojar a las brujas a la prensa se convirtió en una forma más sutil de persecución para nuestra moderna era. ¡Y menudas fotos sensacionalistas sacaron de la nada! La Brujería se mezcló con Magia Negra, con insinuaciones sobre Misas Negras y «sacrificios sangrientos» para redondear la cosa (por no hablar de las orgías sexuales); una excelente entretenimiento para animar una aburrida tarde de domingo.

Siempre recordaré a una encantadora joven de veinte y pocos años que vino a verme. Me dijo que estaba muy interesada en la Brujería y deseosa de unirse al coven PERO que ¡no era capaz de cortar la garganta de una animal! La muchacha creía fervientemente que esto era parte del ritual y, por desgracia, también lo hacen muchas otras personas.

Durante los últimos años han aparecido artículos ocasionales en la prensa nacional sobre profanaciones de iglesias, perturbaciones de tumbas, cruces invertidas y gran cantidad de artículos similares. Cada vez que surge algo por el estilo, se sugiere el tema de la Brujería. Es tan fácil culpar a las brujas. Mi opinión personal es que muchos de estos acontecimientos son perpetrados por «brillantes» mentes jóvenes que tienen unas vidas un poco aburridas y han leído demasiado a Dennis Wheatley.

Últimamente se ha escrito y comentado mucho sobre las brujas y la brujería. Escritores, escépticos, «cazadores de brujas» modernos; incluso las propias brujas han compartido su punto de vista. Un caballero hizo que la brujería sonase como una forma de extorsión americana, mientras que otro sugirió que había sido «recopilada de las papeleras de las religiones del mundo». Nos han pintado muy, muy mal, y se ha insinuado que somos todas «personas inseguras, asustadas, fracasadas y pervertidas». Por otro lado, también nos han retratado de forma tan «ultra-blanca» que parece que acabásemos de salir de un anuncio del última detergente.

Por tanto, leí el artículo de W.G. Lofts con interés, esperando encontrar un nuevo enfoque en un tema viejo. Leer más…

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